Desde mi ventana viajo. Y dejo el tiempo pasar mientras observo el nuevo mundo que me rodea. Oigo voces en el pasillo. En mi litera acomodo mi mochila a modo de almohada. Me meto en mi saco para protegerme del frío del aire acondicionado de mi vagón de segunda. El traqueteo del tren me adormece. Aplasto dos diminutas cucarachas que corretean por la pared.
Existe un tren en Yangón que por un dólar te hace viajar a muchos mundos. Mundos formados por historias: las de los rostros, miradas y sonrisas que se encuentran en un vagón. Durante tres horas es posible vivir una experiencia diferente. En este artículo os propongo disfrutarla a través de las palabras.
Al norte de Vientam, casi en la frontera con China, se extienden las verdes e inmensas montañas de Sapa. Durante unos días realicé un trekking por ellas, entre arrozales, pueblos de diferentes etnias y paisajes impresionantes. Así fue la experiencia.
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