Nadie me avisó antes de que aterrizara en el aeropuerto de la ciudad, aunque me bastó un día para ser consciente. Iba preparada para probar el famoso goulash, los ricos vinos del país y la comida condimentada con el famoso paprika. Pero resultó que, en cuestión de comida, Budapest tenía mucho más que ofrecer además de sus clásicos.

Este es un post precisamente sobre eso: la gastronomía. Os voy a hablar de suculentos brunchs, de sabrosos platos y de locales en los que tomarse una copa es mucho más que beberse un simple gin tonic. Aprovechando que durante una semana el barrio judío se convirtió en mi entorno y pude recorrerlo e investigarlo al 100%, aquí os dejo mis recomendaciones. ¡Que las disfrutéis!

Szimpla Haztaji

Quizás no sea la opción más barata para tomar un desayuno, pero el ambiente del local y la decoración nos invitaron a entrar a tomar algo durante nuestra primera mañana en la ciudad. Sándwiches, cruasáns, , zumos de frutas recién hechos, huevos cocinados en diferentes estilos… la boca se te hará agua con solo entrar por la puerta.

Por 1250 florines (4 euros y pico) tienes la opción de tomar el combo zumo bio + bebida caliente + huevos, cruasán o sándwich.

Para rematar hay que decir que las camareras son realmente simpáticas.

Dirección: Kacinczy utca, 7

Kadarka

Si lo tuyo son los vinos, has llegado al lugar idóneo. Y no solo te lo digo por visitar este bar donde la oferta de blancos, rosados y tintos es inmensa, sino por haber elegido Budapest –y en general Hungría- como destino de vacaciones. Porque los vinos que en esta tierra se ofrecen son algo indescriptible, a pesar de que no tengan la fama merecida.

Así que si te apetece catar algún que otro caldo húngaro, este es un buen bar por el que comenzar. Déjate aconsejar por sus camareros y prueba… el ambiente y la música te invitarán a charlar y a dejar que las horas pasen sin que apenas te des cuenta. Y si aprieta el hambre, pide alguna de sus tablas de quesos o chacinas: ¡riquísimas!

Dirección: Király utca, 42

A tablé!

Esta coqueta boulangerie ofrece dulces de todo tipo, zumos naturales y ricos bocadillos. Si te animas algo más, prueba sus huevos benedictinos: no están nada mal.

Cuenta con algunas mesitas donde relajarse tomando un rico desayuno, planear la ruta del día y reponer fuerzas antes de continuar descubriendo la ciudad. Muy buena opción.

Dirección: Wesselényi utca, 9

/3/ Három

Este amplio local es estupendo para cenar algo antes de animarse a visitar el bar de ruina por excelencia: el Szimpla Kert, situado justo enfrente. Las mesas están repartidas por el espacio mientras entre ellas un dj pincha música electrónica que ya te va preparando para lo que vendrá después.

La carta cuenta con diversas opciones de comida “de batalleo”, tipo hamburguesas, triángulos de maíz con diversas salsas para dipear, ensaladas y alguna crema. Eso sí, todo presentado muy estilosamente y muy rico.

Los camareros, aunque de primeras puedan parecer un tanto “siesos”, son todo lo contrario: nos fuimos de allí con muy buen sabor de boca.

Por cierto, os recomiendo la mini hamburguesa. Pero, ¡cuidado! ¡Tened en cuenta que os servirán dos, no una!

Dirección: Kazinczy utca, 3

Spinoza Cafe

Las expectativas que teníamos antes de visitar este local se vinieron abajo al poco de entrar en él. Según la guía Lonely Planet y alguna que otra web se trata de un bar judío recomendadísimo tanto por la comida que ofrece como por la música judía en directo que se puede disfrutar algunas noches. Y lo cierto es que de la música no puedo opinar porque solo fuimos a desayunar, pero sí que en cuestión de llenar el estómago nos dejó mucho que desear.

No es barato comparado con los precios de locales mucho más cool que hay salpicados por la zona, el bar no es nada del otro mundo y los huevos revueltos que pedí para desayunar resultaron ser una simple tortilla francesa que sí, estaba rica, pero no era más que eso, una tortilla francesa.

Dirección: Dob utca, 15

Doblo

Quizás se trató de mi lugar preferido en todo el barrio. Techos altos, paredes de ladrillo, butacas de estilo vintage… Pasamos por delante en varias ocasiones y hasta que no acabamos probándolo no me quedé tranquila. El lugar es muy atractivo, cuenta con mesas altas donde tomar unos vinos (se trata de un wine-bar, con lo que los camareros te sabrán recomendar entre una amplia oferta de vinos de las diferentes regiones de Hungría) y picar algunos quesos o chacinas.

Aunque la música está un poco alta, no importa. El ambiente es tal en todo el barrio que los decibelios lo único que harán será incitarte a continuar tomando unas copas al salir del bar.

Dirección: Dob utca, 20.

Stika

Que un local especializado en brunchs (aunque sirven comidas y vinos durante todo el día) cuente con dos camareros ataviados con pajarita, ya dice bastante de este estiloso negocio. Es pequeñito, con pocas mesas, pero será raro que no te lo encuentres prácticamente lleno.

Según anuncian en una enorme pared de pizarra a través de unos dibujos, son especialistas en café y poseen una gran variedad procedente de diferentes partes del mundo. Yo, en mi caso, me quedo con sus huevos fiorentinos (también los tienen benedictinos), riquísimos, os lo aseguro.

No es barato para ser Hungría pero si comparamos con los precios de España, está genial. ¡Un rincón diferente y perfecto para saciar el hambre con cositas ricas a cualquier hora del día!

Dirección: Dob utca, 46/a

Szimpla Kert

Los bares de ruina son un clásico en Budapest y debes de tener claro que si viajas hasta la ciudad no podrás irte sin visitar al menos un par de ellos. Sin embargo, el más antiguo y mítico es, sin duda, el Szimpla Kert (los mismos dueños del primer local que te recomendé para desayunar en esta lista).

El Szimpla cuenta con grandes salas diferenciadas en ambientes y repartidas por un par de pisos. La decoración es una de las cosas que más llama la atención cuando haces una ruta por sus espacios: aunque parece que todo está a punto de derrumbarse o romperse, la verdad es que hasta el último detalle está cuidado.

Hay zonas donde tomarte algo sentado, otras para estar de pie y una parte que hace las veces de pista de baile donde marcarte algún que otro dancing. Si tienes hambre, no hay problema: también hay un puesto de comida con hamburguesas, entre otras cosas, en el patio interior, el mismo lugar donde encontrarás a todos los fumadores.

También hay una zona para los más hip-hoperos, un wine bar, barra con cóckteles y la gente más variopinta que vas a encontrar en toda la ciudad. Si quieres hacer amigos, este es tu sitio. Aunque, eso sí, probablemente no conozcas ni a un solo húngaro: este local es más frecuentado por turistas y residentes extranjeros en Budapest que autóctonos.

Dirección: Kacinkcy utca.

Mazel Tov

Y, para acabar, una última recomendación: el restaurante que teníamos justo enfrente de nuestro apartamento y que descubrimos prácticamente al final de nuestro viaje.

Con música en directo, una amplia carta con platos de origen judío y un enorme espacio diseñado con el mayor estilo, Mazel Tov (que en hebreo significa “buena suerte”) se trata de un lugar fantástico para cenar cualquier noche de la semana.

El viejo edificio de ladrillo en el que se encuentra estuvo abandonado durante muchísimo tiempo, hasta que en 2014 le dieron esta nueva apariencia. Se trata de un nuevo concepto de ruin pub, con un toque más moderno en lo que a decoración se refiere y con una oferta cultural bastante amplia.

Dirección: Ackacfa utca, 47

Postdata: Si pincháis en el nombre de cada uno de los bares y restaurantes, podréis entrar en las respectivas webs de los negocios.