Senegal es color, es ritmo. Es un conjunto de paisajes que se disputan una inmensa paleta de colores. Senegal es su gente, sonriente a pesar de las adversidades. Es lluvia, es desierto. Es historia, dividida entre la tristeza y la esperanza. Senegal es, en una palabra, África. Y en este artículo intento resumirla a través de algunas imágenes.
¿Qué pensaríais si os contara que mi día a día está invadido de recuerdos de viajes? Mientras hago las tareas más cotidianas de mi vida, instantes en forma de flashes vienen a mi cabeza y me teletransportan a lugares y vivencias que he experimentado en el pasado. Es como si el mundo se parara por un instante y reviviera esos momentos. Es una consecuencia de mi adicción a viajar.
Pasado, presente y futuro tienen algo en común en Edimburgo: la ciudad siempre permanecerá bajo un halo de misterio. Misterio que mueve al viajero a querer conocer más. A ansiar empaparse de su historia, aquella que habla de batallas y de guerras. De epidemias y de desgracias. De vivos y de muertos. Conocer aquellas leyendas que convierten a Edimburgo en una ciudad especial. Diferente.
Desde mi ventana viajo. Y dejo el tiempo pasar mientras observo el nuevo mundo que me rodea. Oigo voces en el pasillo. En mi litera acomodo mi mochila a modo de almohada. Me meto en mi saco para protegerme del frío del aire acondicionado de mi vagón de segunda. El traqueteo del tren me adormece. Aplasto dos diminutas cucarachas que corretean por la pared.
Ecuador es agua, es aire, es tierra y también es hielo. Tras un intenso mes recorriendo gran parte del país, los recuerdos se amontonan por cientos. Hoy hago un primer resumen, acompañado por algunas fotografías, de la que siempre será "mi Ecuador". El Ecuador que siempre recordaré.
Budapest es una de esas ciudades a las que sabes que volverás. Porque te cautiva. Porque apenas comienzas a recorrerla te das cuenta de que te gustan sus calles. Te gusta su ambiente. Te gustan su arquitectura y sus historias escondidas. Y, cuando menos lo esperas, eres consciente. Budapest te ha atrapado.
Mohamed aparece ante mí de repente. Parece tener unos cuatro o cinco años. Se levanta y se acerca corriendo. Con una enorme sonrisa me pide que le haga una foto. Quiero pensar que Mohamed, al igual que yo, tampoco entiende la realidad que le rodea. Quiero pensar que Mohamed, a pesar de todo, es feliz en su mundo.
Oporto enamora con solo poner un pie en ella. Con solo pasear por sus calles. Con solo olerla. Bella aunque decadente. Exquisita aunque vieja. AsI es Oporto en 10 postales.
Existe un tren en Yangón que por un dólar te hace viajar a muchos mundos. Mundos formados por historias: las de los rostros, miradas y sonrisas que se encuentran en un vagón. Durante tres horas es posible vivir una experiencia diferente. En este artículo os propongo disfrutarla a través de las palabras.
Hacía solo unos minutos Kira me había señalado una fotografía que colgaba de una de las salas. Su cara, con la expresión de horror dibujada en sus ojos, lo decía todo. La imagen había sido tomada en el 44 aproximadamente y mostraba una montaña de cuerpos sin vida. Cadáveres apilados esperando su turno.
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