Hoy os voy a descubrir (para aquellos que no lo conozcáis) uno de los rincones más bellos de Uruguay: Casapueblo.

A tan sólo tres kilómetros del balneario más conocido y concurrido del país, Punta del Este, uno de los artistas uruguayos más célebres decidió erigir este precioso lugar.

Carlos Páez Vilaró nació en 1923 en Montevideo, la capital uruguaya. Además de pintor y escultor, en su vida ha sido ceramista, escritor, compositor y constructor.

El artista tuvo su primer contacto con el mundo de la construcción gracias a su padre. La primera vez que decidió hacer algo relacionado con la arquitectura fue precisamente en Punta del Este. Sin embargo, se trató de un encargo y el artista echó de menos poder dejar volar su imaginación. Así fue como se propuso crear lo que ha acabado convirtiéndose en Casapueblo.

Cuando por fin encontró un lugar frente al mar que le pareció adecuado para su obra, comenzó a crear. El lugar donde se encuentra hoy día Casapueblo era un terreno sin ningún tipo de camino ni sendero. Fue precisamente lo salvaje lo que atrajo a Páez Vilaró. Es curioso pero dicen que en su día el metro cuadrado de este terreno le costó lo equivalente a un paquete de cigarrillos… quién encontrara hoy una oferta así!

Casapueblo comenzó a crearse en torno a una caseta de lata. En ella el artista guardaba todo aquello que encontraba para hacerlo parte de su obra: puertas, ventanas, maderas que la marea arrastraba hasta la costa… De esta forma, poco a poco, Casapueblo llegó a convertirse, como él la describió, en su “escultura habitable”… 36 años tardó en construirse.

La obra no tenía ninguna idea base. Páez Vilaró simplemente se dedicó a crear. Y al complejo fue añadiéndole habitaciones o salas sin previo estudio. Cada una de las estancias es de una forma y estructura distintas, no hay dos habitaciones iguales en el lugar.

Lo que tampoco existe en Casapueblo son líneas rectas. La forma de esta impresionante obra de arte recuerda, según dicen, a la del nido del hornero (una especie de pájaro típica de Uruguay).  Con líneas casi imposibles este lugar acaba atrapando a todo aquel que lo visita.

Estar en Casapueblo es impresionante. Todo el complejo recuerda un poco a las casas típicas de islas griegas como Santorini o Mikonos, aunque el propio artista nos comentó el día que la visitamos que se había inspirado en Gaudí y en la arquitectura ibicenca para su creación.

Pintado de blanco y en un lugar idóneo, frente al río de la Plata, las puestas de sol de Casapueblo son uno de los mayores reclamos de toda esta zona de la costa.

En este mismo lugar tiene su casa el artista. De igual forma, es posible hospedarse si se desea en sus habitaciones, ya que incluye también un hotel en su interior. Si no se quiere gastar tanto dinero en la estancia se puede optar por la opción de tomarse un refresco en la terraza de Casapueblo mirando al mar para asistir a la puesta de sol… Es importante llegar temprano ya que son muchas las personas que eligen este lugar para disfrutar de este momento tan bello.

Justo cuando el sol está a punto de ponerse, suena de fondo, curiosamente, la melodía del concierto de Aranjuez, que es el himno de Casapueblo. Y, sobre la música, las palabras de Páez Vilaró recitando uno de sus poemas, dedicado al sol.

En muchas ocasiones, y si se tiene suerte, se le puede ver rondando por el lugar. Nosotros la tuvimos y aproveché para entrevistarlo brevemente. Fue un placer poder vivir este momento.

Además del hotel y la cafetería, Casapueblo cuenta con una tienda en la que se pueden adquirir cualquier tipo de objetos aritísticos relacionados con Páez Vilaró. También un pequeño museo y galería de arte. Una de las partes de la tienda está dedicada a su hijo. Éste era uno de los jugadores de rugby de la selección uruguaya que sobrevivió al accidente de avión que se estrelló en los Andes en octubre de 1972 (todos recordáis la película “Viven”).  Páez Vilaró siempre mantuvo, y estaba en lo cierto, que su hijo permanecía con vida.  Efectivamente, fue uno de los 16 rescatados 72 días después del accidente.

DATOS PRÁCTICOS:

Casapueblo se encuentra en una zona llamada Punta Ballena, una especie de saliente hacia el mar desde donde hay unas vistas bellísimas. Se puede llegar en coche y aparcarlo justo a la entrada de este complejo. La entrada a Casapueblo cuesta 120 pesos uruguayos por persona: 4 euros.

Si queréis más información, os dejo el enlace a la página web del propio artista: www.carlos paezvilaro.com