Puedo asegurar que una de las mejores cosas que ha tenido el trabajar como reportera en un programa de viajes como Andaluces por el Mundo ha sido la oportunidad de conocer a la cantidad de gente fabulosa con la que me he cruzado en cada viaje.

Andaluces que nos han abierto las puertas ya no de sus casas, clinic sino de sus vidas, siempre con una sonrisa en sus caras y dispuestos a lo que sea. No sabría decir cuántos grandes amigos he hecho gracias a este programa por todo el mundo, pero son muchísimos.

Y en esta ocasión tengo que hablar de unos de ellos porque, sencillamente, se lo merecen.

A 55 kilómetros de Salvador de Bahía, en Brasil, existe un pueblecito que desde hace años se ha convertido en destino turístico preferido de brasileños y extranjeros: Praia do Forte. Antigua villa de pescadores, ampoule ahora recorrer su calle peatonal, que es la principal, supone descubrir decenas de restaurantes, tiendecitas y bares preparados especialmente para los forasteros.

En Praia do Forte existen unas 60 posadas (y algún que otro complejo hotelero gestionado por grandes empresas turísticas que, para mi gusto, hacen perder gran parte del encanto al lugar). Una de esas 60 posadas de las que hablaba pertenece a Encarni, una joven gaditana que lleva ya unos años asentada en Brasil, y a Douglas, su marido.

Y no es porque la posada tenga un encanto impresionante, ni porque disponga de las mayores comodidades. No es porque ofrezca una atención personalizada a sus clientes, ni porque sus desayunos sean los mejores del mundo… ni siquiera porque piense que hay que apoyar a gente joven que, como Encarni, se atreve a cruzar el charco y comenzar una vida nueva desde 0 montando de la nada un negocio tan complicado como este. Es por todo eso y por mucho más, que sólo podrás descubrir tras pasar una noche en este lugar, por lo que me veo obligada a recomendaros con todas mis fuerzas esta posada como opción de alojamiento: la posada Aloha Brasil.

Cuenta con tan sólo 11 habitaciones (aunque tienen planes de ampliar). Cada una de ellas recibe el nombre de una famosa playa brasileña. Algunas son lo que allí se conoce como “mesaninos”, es decir, lo que serían dúplex para nosotros. En la zona de abajo se encuentran un pequeño saloncito con un sofá enorme, el baño completamente acondicionado,  en ocasiones una habitación con cama de matrimonio, y una estupenda terraza con hamaca incluida. Subiendo unas escaleras de madera se llega a la habitación más grande, con una cama en la que poder perderse si a uno le apetece.

La decoración está escogida con la más absoluta exquisitez. Toda la posada está rodeada por unos jardines perfectamente cuidados con varias camas balinesas situadas sobre tarimas de madera. En ellas es posible relajarse tumbado sin preocuparse por nada o, si lo prefieres, recibiendo un placentero masaje. Una bonita piscina pone el broche perfecto al entorno de Aloha Brasil.

Aunque, ¿qué sentido tendría todo esto si los trabajadores de la posada no fueran atentos y simpáticos? Pues este detalle también lo tiene, por supuesto. Un personal que atiende amistosamente a todos los clientes y hacen que la estancia sea lo más satisfactoria posible.

Encarni y Douglas nos invitaron a pasar una noche en la posada. Ni que decir tiene que fue estupendo. Si no hubiera sido porque el deber nos llamaba, nos hubiéramos quedado allí toda la semana!! Y por supuesto, no dudaré en volver a quedarme con ellos si alguna vez regreso a Salvador de Bahía. Merece la pena.

No hice ninguna foto durante el día y medio que pasamos allí, pero Encarni me ha pasado algunas de las fotos que podéis ver en este artículo. Por si estuvierais interesados, aquí os dejo el enlace de la web de la posada.

ACTIVIDADES:

Y si finalmente te has decidido y vas a pasar unos días en Praia do Forte, aquí te informo de algunas de las actividades que puedes realizar durante tu estancia:

Praia do Forte cuenta con algunas de las playas más bonitas de toda la costa este de Brasil. Muchas de ellas perfectas para practicar surf. En el pueblo existen numerosas tiendas especializadas en este deporte donde hacerte con el equipo necesario si hiciera falta.

Muy cerquita de Praia do Forte existen unas piscinas naturales que cuando baja la marea se convierten en todo un atractivo. Pequeños puestecitos ambulantes te permiten comprar desde un coco a ensaladas de frutas que te sirven en bandejas flotantes para disfrutarlas en las mismas piscinas, sin salirte de ellas.

El Proyecto Tamar es una organización de cuidado y protección de las tortugas que habitan esta zona del país. Puede visitarse todos los días de 9 a 17.30. La entrada cuesta 16 reales brasileños (7 euros al cambio) y el dinero va destinado a la conservación del lugar. Depende de la época del año en la que vayas podrás presenciar la puesta de huevos de las tortugas en la arena.

La reserva Sapiranga se encuentra a muy poquitos kilómetros de Praia do Forte. Se puede conocer a través de diversas rutas de senderismo o en una excursión en lancha. Hay multitidud de especies animales que podrás encontrar en los paseos. La vegetación de esta zona es conocida como “mata atlántica” y se encuentra a lo largo de todo un río que va desde su encuentro con el mismo mar hasta bien adentrada la reserva. Entre las actividades que se pueden realizar está la de tirarse en tirolina desde lo alto de una plataforma de madera hasta el mismo río. Aunque acabas empapado, la experiencia es estupenda.

Nosotros hicimos la excursión por el río de una manera muy original: en lancha. Os lo recomiendo si vais alguna vez por la zona!