Israel.
Tierra de contrastes. De riqueza cultural, de religión e historia. De un presente que es pasado y al mismo tiempo futuro. De raíces. Del origen.
De paisajes eternos que quitan el habla. De mares muertos en los que flotar y fortalezas desde donde descubrir el infinito.
De leyendas. De pasiones. De fervores y profundos sentimientos.
Israel, cruce de caminos. El lugar donde entenderlo todo y no comprender nada. Una tierra especial, repleta de incógnitas y razones.
Hace tan solo unos días que aterricé de este país que tanto me ha hecho –y me sigue haciendo- pensar. Intentando aún comprender, os dejo por aquí algunas fotos que resumen mi paso por ella. Prometo volver a contaros muchas más cosas muy pronto.
Mientras tanto, ¡espero que os gusten!
Deje su comentario