El día que conocí Oporto, le fui infiel a Lisboa, hasta entonces mi ciudad favorita de Europa. Para entender el por qué le arrebató el primer puesto, he decidido despiezarla en este artículo. A trocitos pequeños, de esos que se comen a bocaditos, sin empalagar. Aquí la tenéis, toda vuestra, para que la disfrutéis tranquilamente.