Tras recorrer kilómetros y kilómetros en nuestro 4x4 por la costa de Namibia llegamos a nuestra siguiente parada: Cape Cross. Nada más bajar del coche un intenso hedor nos asaltó y miles de gritos captaron nuestra atención. Estábamos emocionados: nos encontrábamos ante la colonia de leones marinos más grande del mundo.