Alguna vez ya os he comentado que, cuando viajo, me encanta visitar mercados. Me parece que son el lugar idóneo para conocer y comprender la base de las diferentes culturas, algunas más singulares que otras, que hay repartidas por el mundo.
Cuando hablo de mercados, no sólo me refiero a los de alimentos. Aunque quizás sean estos precisamente los que más vidilla concentren de todos. Cuando digo mercados me refiero a todos aquellos lugares en los que se comercia un producto. Sea este lo curioso que sea.
Es increíble lo mucho que uno puede llegar a sorprenderse en este sentido. De hecho, ya os hablé una vez de lo fascinante que me pareció el mercado de matrimonios de Shanghái.
Hoy quiero hablaros de uno de los más curiosos. El que conocí durante mi viaje a Tailandia el pasado mes de marzo: el mercado de amuletos de Bangkok.
Considerando que Bangkok es una capital de más de 8 millones de habitantes, y que el 95% de la población tailandesa es budista, es fácil entender que la religión y las fuertes creencias sean algo que invaden cada aspecto de sus vidas. Muy probablemente esta sea una de las principales razones por las cuales se creó hace ya muchos años este mercado.
Tratándose de un lugar lleno de vida, llama la atención que muchos de los asiduos a los cientos de puestos que invaden las calles cercanas al Palacio Imperial sean monjes budistas. Aunque, como podéis imaginar, además de los monjes otras muchas personas también se acercan hasta ellos para curiosear entre los miles de talismanes. El coleccionismo y la búsqueda de las reliquias más valoradas es lo que lleva a muchos de ellos a estudiar muy pacientemente cada una de las piezas antes de atreverse a pagar por ellas.
Es fácil encontrar a algunos tailandeses analizando con sus pequeños anteojos hasta el más mínimo detalle de los a veces diminutos amuletos. Algunos con figuras de Buda, otros con formas indeterminadas, a veces indescifrables, que contienen un significado importantísimo pero completamente ignorado por nosotros. Aquellos que entienden del tema suelen llevar consigo alguna que otra revista especializada para no dejarse engañar de ninguna manera por los vendedores.
El valor de los amuletos suele depender de varios factores. Uno de ellos es el material del que están hechos, claro está. También influye el grado de importancia que tuviera sus dueño original, en su mayoría monjes. Si se trata de monjes reconocidos, los vendedores pedirán por ellos mucho más dinero. Algunos pueden costar simplemente algunos baths y por otros pueden llegar a pedir verdaderas fortunas.
Los más valiosos suelen estar guardados en cajitas donde los conservan de manera más protegida. Sin embargo, sobre las mesas de plástico que utilizan a modo de mostradores, se apiñan montañas de amuletos de mucho menos valor. Irremediablemente la mayoría de estos suelen acabar en la mochila de algún que otro turista de vuelta a su país de origen.
Normalmente los vendedores sonríen cuando ven a los extranjeros acercarse con sus cámara para captar algunos momentos de lo que para ellos es su día a día. Mientras tanto, la vida transcurre de manera normal. Los compradores conversan con los comerciantes, discuten, regatean y compran sin cesar. Y otros muchos ciudadanos que pasean por allí aprovechan para tomar algo en algún puesto callejero, jugar una partida de makruk (el ajedrez tailandés) mientras charlan con amigos o comprar alguna que otra antigüedad o artilugio de segunda mano en los puestos vecinos.
Sin duda, un lugar muy peculiar para visitar. Os recomiendo pasear por el mercado con tranquilidad, sin prisas. Seguro que os ayuda a descubrir muchos detalles de la cultura tailandesa que, de otra manera, sería más complicado conocer.
¿DÓNDE SE ENCUENTRA EL MERCADO DE AMULETOS EXACTAMENTE?
En el paseo que discurre en pleno centro de la capital, prácticamente desde el embarcadero que se encuentra en el lado opuesto a Wat Arun, hasta la entrada principal al Palacio Real, se encuentra este animado mercadillo. Ocupa las aceras de Th Maha Rat y Th Phra Chan.
Muy interesante post! A mi la verdad tambien me pareció muy curioso! Comparto contigo el gusto por los mercados!!
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Perderse en los mercados es otro de mis rituales al viajar, ayudan a tomar un pulso muy cercano al lugar.
Toda la razón, Iván. Estoy contigo. Es una de las primeras visitas que hago cuando viajo a un lugar nuevo.
Un beso y pásate por aquí siempre que quieras! 🙂
A mi también me encantó!!! Ains, ahora me arrepiento de no haberme pillado uno!
Es un lugar muy curioso, verdad??
Bueno, no te preocupes, es la excusa perfecta para volver en otra ocasión! 🙂
Hola!, dí con este artículo, y me encantó. Quizá pronto haga un viaje y quiero visitar este mercado. ¿Que tantos problemas hay con el idioma?, solo hablo inglés y español.
Muchas gracias, Diksha! Me alegro de que te gustara! Con el idioma no te preocupes, con el inglés se llega a todas partes. Y si no te entiende, siempre están las señas 🙂 Jajaja. En Tailandia no tendrás problema, ya verás.
Que te vaya bien y que disfrutes de tu viaje!
Un saludo!
[…] estatua de Buda considerada la más venerada de Tailandia. después de esto pasaremos por el mercadillo de amuletos hinduistas y budistas, un buen lugar para invertir en nuestra suerte. Después de estas visitas […]
Hola! Me parece muy interesante la publicación, aunque me gustaria saber si pudiera llevarme cualquier recuerdo de buda sin problemas, ejemplo una figura de un palmo. No quisiera que me la quitaran de vuelta a España…
saludos!!
Mi Prima está de visita en Tailandia y me ha preguntado que me trae de allá. Me gustaría un amuleto pero no sé de cuales?
Alguna sugerencia?
Iván a mí también me encanta ir a los mercados, comparto tu idea.
¡Hola Elsa!
Jaja, ¡pues quizás un talismán sea una buena idea como recuerdo! Pero la verdad es que no sabría cuál decirte, tampoco tengo tanto control sobre los tipos que hay… ¡seguro que sea cual sea será un buen regalo!
Mil gracias Elsa por venir por aquí. ¡Eres bienvenida siempre que quieras! 🙂