El Big Ben, Trafalgar Square, Picadilly, Notting Hill, Covent Garden… Seguro que todos estos lugares te suenan y mucho. Rincones imprescindibles, aquellos que hay que visitar sí o sí en un viaje a Londres. Y las cosas como son, la lista podría continuar y ser casi infinita. Porque si con algo cuenta la capital británica, es con atractivos turísticos.

Pero hoy estoy aquí para acercarte a un Londres diferente. Aquel que realmente me atrapa cada vez que lo visito y que me motiva a volver a la ciudad al menos un par de veces al año. Un Londres un tanto desconocido, compuesto por pequeños rincones que normalmente pasan desapercibidos pero que, a pesar de no ser tan famosos, son especiales. Aquí te cuento 10 paradas alternativas que hacer en la capital británica para conocer sus diferentes caras. 10 propuestas para adentrarnos en Londres de una manera distinta. ¿Nos vamos juntos?

1. La Pequeña Venecia

Decenas de casas-barco descansan tranquilamente sobre las aguas del canal de Regent. Y es que sí, aunque no te suene de nada, Londres también cuenta con una pequeña Venecia escondida entre sus calles. Se encuentra en el barrio de Maida Vale y es uno de los lugares más encantadores de la ciudad.

Mientras caminas por la ribera podrás ver cómo la vida transcurre en este rinconcito de la capital como si se tratara de una dimensión paralela. Aquí no hay ruido de coches, ni de cláxones, ni la gente camina deprisa para llegar cuanto antes a su destino. Aquí la filosofía es bien distinta, y eso se nota. Por eso la calma se apodera de ti mientras observas cómo un gatito trepa por el tejado de una de las casas flotantes mientras te sientas a disfrutar de algún que otro rayo de sol en la mini terraza de un barco-cafetería. ¿Qué tal si te atreves con un desayuno al estilo británico?

Una buena opción es hacer el trayecto en barco que te lleva desde Little Venice hasta Camden Town. Los canales por los que navegarás se utilizaron durante el siglo XIX para transportar todo tipo de mercancía desde el sur hasta el norte de Inglaterra. Camden, tu parada final, es uno de los lugares más aclamados turísticamente por quienes visitan Londres. Pero ese destino, lo siento mucho, ¡no tiene cabida en este artículo!

2. Simplemete, Liberty´s

Los peldaños de madera de las viejas escaleras crujirán mientras asciendes por ellas como si en cualquier momento fueran a partirse por la mitad. Debes de tener cuidado mientras avanzas por las diferentes estancias: hay tantas cosas de valor a tu alrededor que temerás darle un golpe a algo y que caiga al suelo hecho mil pedazos. Probablemente cualquiera podría pensar que te hallas en un antiguo palacio. O en un museo. Pero nada más lejos de la realidad: estás en Liberty´s, los grandes almacenes más antiguos de todo Londres.

Una vez alcanzas el último piso te asomas a la galería central. Desde allí se obtiene una vista perfecta de gran parte de la tienda. Todo está organizado con tanta precisión que parece incluso imposible. Sentirás que en cualquier momento vas a cerrar los ojos y a abrirlos en una época mucho más antigua. En 1875, por ejemplo: el año en el que Liberty´s abrió sus puertas al público.

En su interior encontrarás productos de lujo de todo tipo. Moda, joyas, arte, perfumes… Da un paseo por sus salas y disfruta, porque además de los más antiguos, probablemente sean los almacenes más bellos que hayas visitado jamás.

3. Café entre urinarios

Solo con bajar las escaleras serás consciente de que posiblemente te encuentres en la cafetería más original en la que hayas estado nunca. Pide tu café calentito, tu trozo de carrot cake, y hazte un hueco entre los diferentes urinarios del siglo XIX que decoran el establecimiento. Sí, sí, has leído bien: urinarios. Porque te encuentras en The Attendent, precisamente un antiguo baño público masculino de 1890 reconvertido en cafetería –y los urinarios decorativos, son los originales-.

¿Y por qué The Attendent? Pues porque lo que hoy es la diminuta cocina de la cafetería antes era el minúsculo cuartito donde se encontraba el encargado que atendía los baños. Los actuales dueños tuvieron claro que este pequeño y subterráneo local del centro de Londres era el lugar ideal para parar a tomar algo. Y tuvieron razón, porque normalmente encontrar un hueco en él para sentarse es una tarea bastante difícil.

4. El reino de las artes

Puede que a todos suene este gran templo dedicado a la cultura –el más grande del mundo, por cierto-, pero pocos son los que se animan a visitarlo en un viaje a Londres. Sin embargo, hacer una ruta guiada por su interior te descubrirá muchísimas sorpresas sobre el legado cultural que dejó el rey Alberto a los londinenses.

A pesar de que fue construido una vez que este había fallecido, fue su propuesta el convertir South Kensington en el mayor centro dedicado a la cultura en toda Europa. La reina Victoria quiso ver el sueño de su difunto marido cumplido y puso todo su empeño en conseguirlo. En sus 145 años de vida el Royal Albert Hall ha acogido eventos de lo más dispares: desde conciertos a partidos de tenis, combates de sumo o ceremonias militares. Personajes tan destacados como Wagner, Verdi, Los Beatles o Frank Sinatra han ofrecido conciertos en su inmenso escenario. Las rutas guiadas, de una hora de duración, te descubrirán los mil y un secretos de esta maravilla de la ciudad.

 5. St. Christopher´s Place

Quizás a esta pequeña pero animada plaza se le podría definir como un oasis de paz en medio del caos más absoluto. En pleno centro neurálgico de Londres, junto a la calle comercial Oxford Street, podrás ver una coqueta señal de color morado que te dará la pista. A solo un minuto adentrándote por las callejuelas encontrarás St. Christopher Place.

En esta pequeña plaza se dan cita a mediodía muchos de los trabajadores de las oficinas de los alrededores que, con la intención de desconectar, disfrutan de su almuerzo sentados en la terraza de alguna de los múltiples restaurantes. Se trata de una zona moderna y con mucho estilo repleta de negocios de diversa índole: boutiques, bares, restaurantes, tiendecitas con encanto… Y los fines de semana la cosa no decae: el ambiente durante el día es asegurado. Eso sí, lo raro, a pesar de encontrarnos en pleno centro, es encontrar turistas.

 6. Las flores de Londres

Si haces memoria lo recordarás: hace ya un tiempo le dediqué todo un artículo a esta rincón londinense. En cuanto pises el comienzo de la calle Columbia Road verás que las flores son las protagonistas de esta parada en la que descubrirás una nueva faceta de la ciudad. Y es que cada domingo, desde bien temprano en la mañana, hipsters y modernos caminan de un lado para otro con grandes ramos de flores en sus brazos. Es muy sencillo: te encuentras en el Columbia Road Market. Pero si quieres saber algo más sobre la historia, cuándo ir o cómo llegar, lo mejor es que leas el artículo completo y obtengas toda la información.

 7. A cup of tea, please

Son las 5 y tienes algo de hambre. Has almorzado poco a conciencia porque sabías qué venía después: “mejor dejar hueco”, pensaste. Llevas tiempo queriendo hacerlo y por fin ha llegado el día. Vas a tomar un afternoon tea con todos sus avíos. Y sí, por “avíos” me refiero a esa gran bandeja de tres pisos repleta de dulces y delicias saladas que acaban de ponerte delante. Bienvenido a la cultura british, my friend. Ahora relájate, come y disfruta.

Lo más tradicional en Inglaterra es su té de las cinco, todos lo sabemos. Y en toda la ciudad hay multitud de establecimientos en los que degustarlo. Pero te recomiendo uno en particular: el restaurante del Ham Yard Hotel, en pleno Soho londinense. Con una mezcla entre chic y vintage, el glamouroso restaurante prepara unos afternoon teas impresionantes. Te recomiendo que lo disfrutes sin pensar en las calorías. Eso sí, cuando sostengas tu scone con mermelada y nata en una mano (bollo dulce tipiquísimo del país) y tu té en la otra -con el dedo meñique bien estirado mientras das el primer sorbo, si no, no vale…- acuérdate de mí, porque me encantaría estar en tu lugar.

8. Un mirador desconocido

Londres es una ciudad maravillosa y bella, eso es así. Y da igual que la admires de noche o de día, de cerca o de lejos, desde las alturas o desde las bajuras: cualquier punto de vista es fotográficamente una pasada. Hoy, como parte de esta lista, te propongo un mirador que pocos conocen: la terraza del bar-restaurante en la torre Oxo.

Adéntrate en la torre, busca el ascensor y aprieta el botón que te llevará al restaurante. Cuando llegues, pregunta directamente por la terraza del bar: no es obligatorio consumir para estar en ella. Asómate y prepárate para presenciar un bellísimo anochecer sobre el skyline londinense. El Támesis, la Torre de Londres, la catedral de San Pablo… te darás cuenta de que son muchísimos atractivos turísticos los que se disponen ante ti. Pero probablemente jamás los hayas visto desde este punto de vista.

 9. El café más vintage

En una pequeña bocacalle de Brick Lane, uno de mis barrios favoritos de Londres, encontrarás esta tienda-cafetería de estilo vintage: The Vintage Emporium. Con sofás medio rotos y enormes agujeros, muebles que parecen traídos de otra época, tartas, tés y cafés de todo tipo y unos camareros bastante peculiares, seguro que, aunque a priori no lo creas, te sentirás como en casa.

Sobre todo si el día que lo visitas toca actuación: en uno de los laterales de la cafetería una minúscula tarima rodeada de una cortina de terciopelo rojo sirve de escenario a músicos y grupos de toda índole (aunque a veces se encuentren más apretados de la cuenta, todo hay que decirlo). Pero sea como sea esta curiosa cafetería es un lugar idóneo para descansar un rato de los intensos paseos por Londres y disfrutar de la cotidianidad más absoluta.

Por si la cafetería no te hubiera parecido lo suficientemente atractiva, siempre puedes bajar un piso más y merodear entre todos los objetos y prendas de ropa de segunda mano de su tienda. Y es que The Vintage Emporium esconde multitud de sorpresas.

10. El cementerio más ilustre

A priori pensarás que se trata de un parque más de los muchos repartidos por toda la ciudad. Una vez atravieses las grandes verjas de entrada verás las primeras lápidas a uno y a otro lado. Pronto te darás cuenta de que estas se suceden sin cesar. Sí, estás pensando bien: te encuentras en un cementerio. De hecho, en el único cementerio de Londres que no se sitúa junto a una iglesia. Se llama Bunhill Fields y está en el barrio de Shoreditch.

Hoy día reconvertido en jardín público, en el pasado este cementerio ocupó una extensión bastante mayor a la actual. En él están enterrados los inconformistas. Los desterrados. Los que se encontraban en desacuerdo con las reglas marcadas por la iglesia anglicana. Los que le hacían frente a la religión porque no sentían como suyas las directrices.

Continuarás adentrándote cada vez más en el parque. Verás cómo hay quienes lo utilizan para descansar y picar algo en el break del trabajo. O quien simplemente lo cruza porque le viene bien como atajo. De repente, te pararás. Probablemente sea porque algo ha llamado tu atención. Tres lápidas se levantan frente a ti en medio del camino. No se encuentran en la zona ajardinada protegidas por una valla como el resto. Cualquiera puede tocarlas si quiere. Y entonces lees los nombres escritos en cada una de ellas: John Bunyan. Daniel Defoe. William Blake. Grandes personajes ilustres de la cultura británica.

Entonces te das cuenta de hasta dónde te he traído: hasta otro de mis rincones favoritos y más desconocidos de Londres. Precisamente, el último de mi lista.

Para más información sobre qué puedes ver o hacer en Londres, ¡no dudes en visitar la página de Visit Britain!